En la lengua mixe de Coatlán, Oaxaca, se le conoce como tzɨmquipy. Crescentia cujete, es una planta originaria de América de uso muy antiguo, y de la cual no se han comprobado experimentalmente acciones farmacológicas que respalden los usos reportados -salvo sus propiedades antibióticas-, aunque si se han detectado efectos tóxicos como la inducción de leucemia-linfoma, diarreas y el aborto en animales de experimentación.