En la notas de campo de la maestra Irmgard nos dice: Estas ofrendas en la montaña son utilizadas para curar enfermos, el sr. Francisco José es un curandero, no habla español, y él suele hacer este tipo de manojos de varitas de ocote, cada una tiene aproximadamente quinientas varitas, aunque el número puede variar, toma estos manojos y los lleva a alguna colina o a algún claro donde suelen secar los granos de café, a las orillas de la población, también lleva veladoras, guajolotes o gallos, los sacrifica en el lugar y esparce su sangre y sus plumas alrededor, rompe los huevos y esparce el cascarón. Costumbre antigua.